Siempre he contado con la convicción de que el ser humano alberga un potencial infinito de fertilidad creativa, que nos hace capaces de engendrar, gestar y parir innumerables proyectos que están impregnados de nuestra propia esencia, pues en parte, somos nosotros mismo “dándonos a luz”, permitiendo que nazcan versiones de nuestro propio ser, que está en constante evolución. Y para poder transmitir el origen de Anahata Yoga Centro Holístico necesito rebobinar bastante tiempo atrás porque esta historia empezó hace muchos años… Soy una fiel creyente del hecho de que, en este mundo, no existen casualidades sino “CAUSA”lidades, gracias a las cuales, nos dirigimos hacia aquellos lugares, personas y situaciones que nos permiten experimentar exactamente las vivencias que necesitamos para poder aprender y evolucionar a lo largo del mayor y más fascinante de todos los viajes: La Vida.
Hasta las situaciones más difíciles y desagradables, albergan puro potencial de aprendizaje. Resta al individuo aprovecharlas o no.
Llevo más de media vida conectada y dedicada al Yoga y, pensándolo profundamente, siento que es una semilla que habita en mi corazón desde que nací… y me fascina cómo el Universo, con sus “originales” maneras, nos coloca justo en el lugar necesario para alinearnos con nuestro Dharma (propósito existencial)
En mi caso fue llevándome de Valencia a Italia, donde decidí terminar los últimos años de mi Licenciatura en Derecho, que concluí con premio extraordinario de fin de carrera, a pesar de detestarla desde el principio. No me sentía en absoluto identificada y si algo tenía claro es que la forma en la que quería ayudar a las personas a “intentar solucionar sus problemas” se alejaba por completo del enfoque jurídico y de todo el entramado de su sistema burocrático.
A pesar de que los estudios oficiales durante los años en Napoli eran de jurisprudencia, fue mágico como constantemente me veía envuelta en ambientes donde se empleaba el lenguaje astrológico (que siempre me fascinó ya desde pequeña), numerología, interpretación de sueños, cartomancia, videncias y un sinfín de herramientas esotéricas.
Al concluir todos los estudios y las prácticas en Napoli, me mudé a Carloforte, un pueblecito minúsculo ubicado en una isla de Cerdeña, donde descubrí el Surf y el Yoga que representaron otro punto de inflexión vital para mí todavía más potente si cabe.
A partir de ahí ¡más cambios y aventuras! Destino: FUERTEVENTURA.
Pasé de una isla de una isla en Italia, a otra isla en Canarias, que fue mi hogar durante diez años (lo seguirá siendo eternamente de una parte de mi corazón y de mi alma) y donde me sumergí absolutamente el Universo Yoga mientras disfrutaba del océano y sus olas así como también me impregnaba de la energía de innumerables terapias alternativas con enfoque holístico y podía seguir profundizando en muchos de los conocimientos con los que ya había reconectado en Italia.
Viajes a Oriente: Indonesia para surfear y la India y Thailandia para formalizar mi formación profesional en diferentes disciplinas de la práctica de Yoga. Así como poder disfrutar de infinidad de experiencias sumamente enriquecedoras en comunidades de Yoga y junto a personas absolutamente dedicadas en cuerpo y alma que me transmitieron lecciones muy valiosas que no se encuentran en los libros … y todo ello también lo pude seguir disfrutando al regresar con frecuencia a Italia.
En 2015 experimenté uno de los cambios más exigentes y radicales de mi vida: mudarme de Fuerteventura a Cantabria y quedarme a vivir y trabajar en Santander.
El sueño de organizar retiros de yoga en Fuerteventura me acompaña desde el instante en que empecé a impartir mis clases de Yoga en Santander.
Me sentía muy agradecida al compartir el universo yoga con las personas que iba conociendo en el Norte de la Península pero sentía un latido que retumbaba potentemente en mi interior motivándome a crear un puente que conectase mis dos mundos: Canarias y Cantabria para profundizar, junto con todo aquel que lo deseara, la experiencia de la práctica de Yoga más allá de las sesiones semanales en los centros.
Me hacía muchísima ilusión que la gente conociese Fuerteventura, zambulléndose en un retiro experimentando la vivencia plena en Comunidad.
Y así fue como en 2019 se materializó el gran sueño que tanto anhelaba plantando la semilla del proyecto Anahata Yoga Retreats al poder disfrutar del primero de una larga lista de retiros en la isla.
Así pues, primero brotó Anahata Yoga Retreats como concepto mediante el cual poder profundizar en la práctica de Yoga a lo largo de una semana, con todo el tiempo a disposición (sin el estrés de los compromisos rutinarios) para experimentar la práctica de esta disciplina “más allá de la esterilla”, conviviendo y enriqueciéndonos del compartir en comunidad también otras herramientas y disciplinas enfocadas en el bienestar holístico y el autoconocimiento personal.
Y a medida que pasaba el tiempo se iban incorporando servicios con el deseo de cuidar al máximo y de la mejor manera posible a todos y cada uno de los participantes.
De hecho, algo esencial para mí siempre fue el compartir, subrayando que, mi sueño hecho realidad tenía sentido en la medida en la que, contaba a mi lado con personas que, con sus ganas, energía y confianza lo hacían posible. ¡sin ELLAS nada de todo esto hubiera existido! Y es maravilloso cuando además algunas de esas personas no sólo repiten la experiencia sino que también pasan a formar parte del equipo Anahata.
En Fuerteventura, siempre he contado con dos pilares esenciales del proyecto y de mi vida:
Eri, nuestra excepcional cocinera privada creadora de las recetas veganas y vegetarianas más deliciosas que jamás hayáis probado.
ShriKari Dasi, la voz que te cautiva y conmueve en lo más profundo del alma a través del sonido de los mantras y del harmonium en las sesiones de Kirtan (meditación sonora)
Y qué maravilla poder sumar a estos pilares majoreros más apoyos desde Cantabria al participar también el equipo personas claves también en mi vida como Nere acompañando y enriqueciendo los Kirtans junto a ShriKari Dasi y ocupándose de los reportajes fotográficos así como de la parte digital. Nuno, desarrollando sus terapias de Reiki y osteopatía, Bea con sus maravillosos masajes de drenaje linfático. Y siendo el apoyo energético y emocional de incalculable valor.
Y el sueño hecho realidad Anahata Yoga Retreats inspiró en la nacimiento del proyecto Anahata Yoga Centro Holístico cuando en 2024, la vida me llevó al punto en el que sentía que el único camino posible era montar mi propio centro.
Siempre había trabajado impartiendo mis clases de Yoga en distintos centros de Santander por lo que sentía la necesidad de ser fiel a la ciudad en la que tantas personas habían depositado su confianza desde que me mude en 2015.
Pero también tenía muy claro que no quería que fuera “sólo” un centro de Yoga. Quería que fuese un espacio multidisciplinar donde poder acoger a las personas y cuidar de ellas ofreciéndoles diferentes herramientas con enfoque holístico. Que tuviéramos en Santander el HOGAR del que disfrutábamos en Fuerteventura en cada uno de nuestros retiros, y así nació Anahata Yoga Centro Holístico, en el corazón de Santander donde compartimos diferentes disciplinas de Yoga en nuestra “shala” pero también desarrollamos las consultas astrológicas, las sesiones de Reiki y osteopatía, los masajes energéticos y muchas más terapias holísticas alternativas.
La esencia de Anahata Yoga radica en el deseo de servir, de intentar ser útiles, de ayuda al ponernos al servicio de los demás, compartiendo nuestras habilidades, dones y talentos, nuestro potencial, pues nos ha sido conferido no para guardarlo dentro sino para creer en él y en todo lo que somos capaces de hacer inspirando en el corazón de los demás para que, quién nos vea se atreva a cuestionarse también el potencial que habita en su interior y todo lo que es capaza de hacer y compartir con el resto. Es un incendio de Luz y si las personas adoptásemos esta actitud, haríamos sin duda de este mundo un lugar infinitamente mejor.